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Actualidad

04
Oct
2024

Cómo sospechar que nuestros hijos tienen miopía

Síntomas de la miopía y cómo afecta a la visión, así como consejos para identificar la miopía en niños.

Hijos con miopía

La miopía es uno de los problemas visuales más comunes que afecta tanto a jóvenes como a adultos. Se manifiesta principalmente como dificultad para ver objetos lejanos con claridad, aunque los que se encuentran cerca suelen verse sin problemas. Esta condición puede causar una disminución en la agudeza visual, así como dolores de cabeza, irritación ocular, estrabismo y fatiga visual.

La miopía se origina por un error en la refracción, cuando el ojo no enfoca la luz de manera correcta. Esto provoca que las imágenes a distancia aparezcan borrosas, mientras que los objetos cercanos se ven con nitidez.

¿Cuáles son los síntomas de la miopía y cómo afecta a la visión?

  • Esfuerzo visual al tratar de enfocar objetos lejanos.
  • Dolores de cabeza frecuentes.
  • Entrecerrar los ojos para mejorar la visión.
  • Dificultad para ver claramente señales de tráfico u objetos distantes.

Uno de los factores que influye en la aparición de la miopía es la herencia genética. Si uno o ambos padres son miopes, es más probable que los hijos también desarrollen esta condición. Aunque la miopía suele manifestarse en niños de entre 8 y 12 años, es importante estar atentos a cualquier señal de posibles problemas visuales a partir de los cuatro años. Los niños pequeños, al no ser conscientes de su dificultad visual, a menudo no comunican el problema.

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo de la visión, y cada vez más familias entienden la importancia de abordar cualquier anomalía visual de forma temprana. No tratar la miopía en edades tempranas puede influir negativamente en el rendimiento escolar.

¿Cómo podemos identificar la miopía en los niños?

Estos son algunos signos clave a observar:

  • Dificultad para ver bien la pizarra en el colegio.
  • Tendencia a acercarse mucho al televisor o a los libros al leer.
  • Entrecerrar los ojos, estirar el cuello o inclinar la cabeza hacia adelante para intentar ver mejor.
  • Aparición repentina de estrabismo en uno de los ojos.
  • Dolores de cabeza recurrentes.

Ante cualquiera de estos síntomas, lo más adecuado es acudir a un profesional óptico-optometrista en un centro especializado para evaluar la visión del niño y confirmar si presenta miopía u otro problema refractivo. Un diagnóstico temprano es clave para ofrecer el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones en el futuro.

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