- ¡Que vaya a la moda!: a todos nos gusta ir a la moda, algo que también es muy importante en el caso de los niños, ya que ellos se tienen que sentir a gusto con las gafas para que no las vean como un enemigo. Déjales que elijan el color y forma de su montura, con la ayuda del óptico optometrista ¡acertará con la elección seguro!
- Que el material de la montura sea resistente: los niños corren, saltan juegan… su vida es muy activa y no está exenta de posibles caídas, balonazos… por eso el material de sus monturas debe ser muy resistente para aguantar su frenético ritmo. pide a tu óptico optometrista que te asesore sobre los materiales más resistentes para los niños.
- Que sea cómoda: los niños son muy prácticos, si una gafa no le resulta cómoda y se adapta bien a su cara, acabarán por no ponérsela. Las gafas para niños deben ser lo más cómodas y lo menos rígidas posibles, y son muy recomendables las varillas con bisagra y muelle para que no se rompan al ponerse y quitarse. También existen gafas ajustables y otros elementos para evitar que la gafa se caiga.
- Contar con unas de recambio: como, a pesar de la durabilidad de la gafa, los niños son niños, y suelen ser menos cuidadosos con las gafas es muy recomendable tener unas gafas de recambio por si acaso.