
El curso escolar puede resultar el momento perfecto para revisar la visión de los más pequeños. La existencia de alguna dificultad visual puede acarrear consecuencias importantes en su día a día como no ver la pizarra, no poder leer correctamente o tener problemas a la hora de jugar o practicar deporte. Estas dificultades pueden conllevar que el pequeño no rinda adecuadamente en los estudios y se considere un caso de fracaso escolar.
Esta situación sería bastante normal, puesto que se calcula que aproximadamente entre el 5% y el 10% de los preescolares y el 25% de los escolares presenta algún defecto visual como la miopía, hipermetropía, estrabismo, etc., siendo la miopía el problema más extendido.
De esta forma, los primeros días de clase resultan una buena oportunidad para fijarnos si los niños pueden presentar algún problema visual. Padres y profesores pueden ayudar a identificar estos problemas prestando atención a una serie de comportamientos que están estrechamente relacionados con estas disfunciones.
- Frunce el ceño para poder ver mejor
- Se acerca demasiado a los libros o pantallas
- Presenta una escritura muy torcida y se sale al colorear
- Dificultad en la lectura y una baja comprensión lectora, no acorde a su edad
- Posturas extrañas con la cabeza para intentar enfocar mejor los objetos
Estos pueden ser algunos indicios de que algo en la salud visual del menor no funciona correctamente. Si se observa que el pequeño presenta alguno de estos síntomas, es recomendable acudir al óptico- optometrista para una revisión y ver si existe algún tipo de defecto visual.