La retinosis pigmentaria provoca una degeneración
lenta y progresiva de la retina.
Entre los síntomas de la retinosis pigmentaria
destaca la disminución de la visión nocturna o
en condiciones de baja iluminación ambiental,
la pérdida de la visión lateral o periférica, lo que
origina un estrechamiento concéntrico del campo
visual; y la pérdida de la visión central, en los
casos más avanzados.
Los síntomas, a menudo, comienzan a manifestarse
en la niñez, pero los problemas visuales
graves no se presentan hasta el inicio de la edad
adulta, entre los veinte y los treinta años. En una
fase avanzada de la retinitis pigmentaria, solo
se conserva una pequeña área de visión central,
además de una ligera visión periférica.
Causas hereditarias
No se conoce mucho acerca de las causas de la
retinosis pigmentaria, excepto que se trata de
una patología hereditaria. Dado que esta condición
está asociada con diferentes genes, el hecho
de que uno de los dos progenitores no haya
desarrollado la enfermedad no significa que sus
descendientes no puedan llegar a padecerla.
Detección y estudio
Cuando existe sospecha de retinitis pigmentaria,
lo más probable es que se lleve a cabo un examen de campo visual tras los exámenes oculares rutinarios para determinar el grado de pérdida visual periférica. Además, pueden ser necesarios otros exámenes especializados para evaluar la visión de los colores y la visión nocturna.
Tratamiento de problemas
asociados
Actualmente, no existe un tratamiento efectivo
para la retinosis pigmentaria, enfermedad que
no se puede curar, pero ya se están desarrollando
implantes retinianos y otras terapias innovadoras.
No obstante, sí es posible tratar los problemas
oculares asociados, entre los que se encuentran
las cataratas precoces o el edema macular. El paciente también puede acudir a un óptico-optometrista
especialista en baja visión, quien
puede orientarle en cuanto al uso de ayudas para
magnificar e iluminar los objetos, tanto
en casa como en el lugar de trabajo.
Consecuencias
y calidad de vida
Con el paso del tiempo, la retinosis
pigmentaria continúa su progresión,
aunque de forma lenta. Resulta difícil predecir la magnitud de la pérdida visual
o la rapidez con que se desarrolla, aunque
la ceguera total es poco común. En un
momento dado se recomendará a los
pacientes que conduzcan solo durante
el día o por calles muy bien iluminadas,
aunque, finalmente, se les recomiende
que ya no conduzcan.