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Actualidad

24
Abr
2018

¿Tengo bien graduadas las gafas?

Existen una serie de síntomas que nos indican que tenemos que cambiar la graduación de nuestras gafas.

¿Te duele la cabeza cuando llevas un rato con las gafas? ¿Ves borroso? ¿Notas tu vista más cansada de lo habitual? ¿Llegas a marearte algunas veces? A pesar de valorar el estar enfermo, lo que puede suceder es que se pueden tener las gafas mal graduadas.

Si se percibe una visión borrosa en alguno de los dos ojos, y hay diferencia de calidad de imagen en cada ojo, además de cansancio, dolor de cabeza o en los ojos, enrojecimiento de estos cuando se utiliza gafas, e incluso lagrimeo cuando se está forzando la vista con las gafas, una persona puede plantearse que tiene mal la graduación.

Acudir al óptico-optometrista

Si este es tu caso acude a realizarte una revisión a tu establecimiento de óptica de confianza. El óptico-optometrista te realizará un examen visual completo en el que comprobará si ha cambiado tu graduación o si sufres alguna otra condición como puede ser la presbicia, que también puede interferir en el resultado de tu visión.

Recuerda que para evitar problemas con nuestra visión es recomendable acudir a revisión una vez al año.

Cuida tus gafas

Sigue estos consejos y conseguirás que tus gafas se mantengan nuevas como el primer día:

  • Limpia las lentes, con la gamuza especial de microfibra proporcionada por tu óptico-optometrista.
  • Si tu montura es de un material plástico, lávala con agua tibia y un jabón neutro y, a continuación, sécala con un paño fino o algodón, nunca con un pañuelo de papel, que podría dañar la superficie de las lentes. En el caso de que la montura sea metálica, evita limpiarla con sustancias abrasivas. En el mercado están disponibles limpiadores específicos de gafas.
  • Quítate las gafas con las dos manos, no solo con una, ya que así se minimiza el riesgo de deformar las varillas.
  • Sujeta las gafas por la montura, no por las lentes, para no ensuciarlas
  • No dejes las gafas cerca de una fuente de calor o en el interior de un coche al sol, ya que se podrían dilatar los materiales y deformarse.
  • Cuando te quites las gafas, lo mejor es plegarlas, ya que, de este modo, es más difícil que se rompan por cualquier incidente
  • Cuando no las estés usando, déjalas siempre dentro de su estuche protector, que debe ser rígido
  • Si vas a realizar alguna actividad física, usa un cordón para evitar que tus gafas se caigan al suelo.
  • Cuando no se ajusten cómodamente, acude a tu óptico-optometrista para que te las vuelva a ajustar.

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