Seguramente hayas oído hablar de la tensión ocular en varias ocasiones, y es que este fenómeno es más común de lo que parece. Por tensión ocular o hipertensión ocular entendemos que la presión dentro del ojo es más alta de la cuenta, pudiendo derivar en afecciones aun mayores en el caso de no tratarse de forma adecuada, llegando incluso a ser posible la pérdida de visión. Aunque la tensión ocular incrementa con el paso de los años, se considera normal cuando esta es menor de 21mm Hg (milímetros de mercurio).
A pesar de ser una patología independiente al glaucoma (afección ocular que daña el nervio óptico y principal causante de ceguera para las personas mayores de 60 años), las personas que sufran de tensión ocular deben ser evaluados por un profesional para descartarla.
Una vez conocido qué es la tensión ocular y su parecido con el glaucoma, debemos preguntarnos cuáles son las principales causas que derivan en este fenómeno. Principalmente está provocada por un mal funcionamiento del sistema de drenaje, que baña y nutre las estructuras oculares. Cuando este no fluye correctamente, el equilibrio entre el líquido que se produce en el interior del ojo y el líquido que va saliendo de él desaparecen, lo que deriva en un aumento de la presión intraocular. Entre los motivos de su aparición, podemos resumirlos principalmente a tres: una mala alimentación, un estilo de vida sedentario o, incluso, una deficiente gestión del estrés.
Por ello, desde la Fundación Salud Visual queremos facilitarte una serie de medidas y remedios para paliar los efectos de la tensión ocular y retrasar al máximo su aparición.
1. Como hemos mencionado, el estrés es el principal causante de este fenómeno. Mejorar nuestros hábitos o recurrir a terapias antiestresantes podrán ayudar considerablemente. El deporte moderado, el yoga u otras actividades artísticas suelen reducir en gran medida el estrés.
2. Elimina de tu dieta alimentos a base de grasas saturadas y azúcares, ya que al ser perjudicial para nuestro sistema cardiovascular también incide de manera negativa en la tensión ocular. Beber muchos líquidos saludables, como agua o zumos naturales, y no excederse en el consumo de alcohol ni de bebidas carbonatadas o con cafeína.
3. Reduce el uso de pantallas. Esta medida es aplicable a todo tipo de trastornos oculares, pues no es ningún secreto que el abuso de aparatos electrónicos perjudica gravemente la salud visual. Establecer periodos de descanso y hacer ciertos ejercicios ayudarán considerablemente a reducir el impacto.