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FUNDACIÓN SALUD VISUAL, DESARROLLO OPTOMÉTRICO Y AUDIOLÓGICO
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Vamos a echar un vistazo a una de las anomalías visuales más frecuentes: la visión defectuosa de lejos o miopía.
Con unas gafas o unas lentes de contacto podemos corregirla, y si el óptico-optometrista la detecta desde la infancia es posible frenar su avance.
Es un defecto visual muy frecuente debido a que el enfoque de las imágenes queda un poco por delante de la retina. Afecta a unos 70 millones de habitantes de la Unión Europea y a cerca del 25% de la población española.
En el ojo miope, las imágenes se forman antes de la retina, debido a que el ojo es demasiado "largo", por lo que visión es borrosa. Pero también puede suceder que el cristalino (la lente que se encuentra dentro del ojo) tenga una distancia focal demasiado corta, con el mismo resultado.
Hay estudios que parecen demostrar que existe una clara predisposición genética a ser miope, aunque también puede haber una relación directa entre la realización habitual de trabajos que exigen visión de cerca (estudiar, leer, coser, trabajar con el ordenador...) y este defecto de refracción.
La miopía suele desarrollarse en la época escolar y se suele estabilizar hacia los 20 años de edad. Hasta ese momento, puede aumentar rápidamente y requerir frecuentes cambios de gafas o de lentes de contacto. El 80% de los niños en edad escolar son miopes, y el porcentaje es aún más elevado entre los adolescentes.
Mientras que la hipermetropía, suele ser más difícil de descubrir, la miopía es fácil de detectar, ya que la persona miope no ve bien de lejos y guiña los ojos para poder enfocar imágenes lejanas con nitidez. Los padres y profesores son los que antes detectarán si un niño es miope.
La miopía, si no es patológica, no es una enfermedad, y por eso no "se cura", sino que se compensa con lentes, aunque existen determinadas miopías susceptibles de ser controladas. Para prevenir la miopía en la edad escolar, son fundamentales las visitas periódicas a los gabinetes de los ópticos-optometristas, así como una óptima y adecuada ergonomía visual (iluminación, mobiliario, colores, etcétera), en habitaciones infantiles, aulas y locales cerrados. El profesional de la visión realizará la correspondiente evaluación, seguimiento y el adecuado tratamiento.
Según el tipo de actividad laboral y de ocio de cada persona, y en función de los resultados de los exámenes visuales y oculares que se practiquen, el óptico-optometrista puede prescribir gafas o lentes de contacto. También, si así lo deseamos, la miopía se puede tratar mediante una intervención de cirugía refractiva con láser. En este caso, deberemos someternos a las pruebas específicas, antes y después de pasar por el quirófano, en una clínica oftalmológica especializada en este tipo de intervenciones.
Sí, puede mejorar mucho. En todo caso, la corrección óptica de la miopía es fundamental, no solo por comodidad personal, sino también para conseguir una mayor eficacia en el trabajo, llevar a cabo cualquier actividad de ocio y deporte sin dificultad, y otras en las que está en juego la seguridad, como la conducción de vehículos.
Los síntomas de una miopía normal se basan esencialmente en una disminución de la agudeza visual de lejos (dificultad para carteles de publicidad en la calle, por ejemplo), mientras que la visión de cerca es normal o incluso superior a la normal.
Los signos más habituales son los siguientes: - Ver mal de lejos.
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