Actualidad

07
Jun
2016

Lesiones por gafas y airbag

Entre el 2 y 3 por ciento de los accidentes de tráfico provocan lesiones oculares.

Comienza la temporada vacacional, una época en la que aumentan los desplazamientos de corta distancia en coche y, por desgracia, los accidentes de tráfico. Una de las consecuencias de los accidentes de tráfico son las lesiones oculares y faciales provocadas por el airbag del vehículo, y esa probabilidad aumenta si el conductor usa gafas de ver o de sol en el momento del impacto.
Lo cierto es que un tercio de los afectados en la zona ocular por un accidente de tráfico terminan teniendo problemas de visión o quedándose ciegos, según la ONCE. Pero, ¿qué hacer al respecto? Debido a que las gafas, tanto de sol como correctivas, son fundamentales para la seguridad de cualquier conductor y, a la vez, su uso también evita accidentes, los especialistas apuntan a que la solución está en el uso de gafas homologadas específicas para la conducción. Igual que se usan ya gafas específicas en ciertos deportes de riesgo deberían utilizarse también en la conducción unas que estuviesen homologadas.

Cristales y monturas adecuadas
Según un estudio del Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre, las gafas con cristales minerales o orgánicos no son recomendables para conducir porque pueden astillarse, con el consiguiente riesgo de que entren pequeños fragmentos en el ojo si estalla el airbag.
Tampoco son las más adecuadas para la conducción las gafas con montura al aire, semi al aire o metálicas muy frágiles, puesto que tienden a romperse más con el impacto del airbag que una montura cerrada y sólida, que en la mayoría de los casos no se fracturan, protegiendo los ojos.
Especial precaución deben tener las personas operadas de cataratas, glaucoma o cirugía refractiva, porque en su caso, los ojos tienen una mayor sensibilidad al efecto de la colisión y, por ello, deben elegir gafas que ofrezcan elevada resistencia para evitar así lesiones oculares graves.

Correcta distancia al volante
Mantener una distancia adecuada respecto al volante también es importante a la hora de prevenir daños en los ojos en caso de accidente. Se recomienda situarse a unos 45 centímetros del volante; es decir, los brazos deben estar estirados, pero ligeramente flexionados. Esta colocación se mantendrá siempre, y el conductor no debe acercarse más, aunque se sienten pasajeros en el asiento de detrás. De esta manera, el impacto del airbag en los ojos y en la cara, si se activara en cualquier colisión, será menor que si nos situamos más cerca.
No hacemos esta advertencia en vano, puesto que, según el mencionado estudio, el 26 por ciento de los conductores se sitúa a menos de 42,5 centímetros del centro del volante.
Y ya que estamos tomando medidas para aumentar nuestra seguridad, no olvidemos el cinturón, que tal y como se ha demostrado, reduce el riesgo de muerte en caso de siniestro hasta en un 9,5 por ciento cuando actúa en conjunción con el airbag.

Gafas de repuesto en el coche: aconsejadas, pero no obligatorias
En el permiso de conducción de las personas que necesitan gafas correctoras o lentillas aparece el número 01 en el apartado “Observaciones”. Esta indicación quiere decir que el uso de correctores de la visión es obligatorio, y el hecho de no llevarlos puestas durante la conducción es sancionable.
Lo que no es de obligado cumplimiento es el llevar unas gafas de repuesto en el coche. No obstante, es muy aconsejable llevar siempre en la guantera las gafas viejas, si están en buenas condiciones y la graduación no ha variado sustancialmente, para poder usarlas ante un imprevisto, como que las gafas habituales se hayan roto o estropeado.

 

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